A la hora de escoger una pantalla de gran formato muchas veces nos preguntamos por qué tecnología deberíamos decantarnos, cuales son las ventajas e inconvenientes de cada una y qué tipo se ajusta más a nuestras necesidades. En este artículo desvelamos algunos criterios a tener en cuenta para facilitar esta elección.


Primero de todo deberíamos indicar que las pantallas LCD usan tecnología LED. Sí, aunque muchas veces nos planteamos comparar entre tecnología LCD y LED, hay que saber que las LCD de última generación usan LEDs. Entonces, ¿dónde radica la diferencia?

Las pantallas LCD (Liquid Crystal Display) contienen en cada píxel tres células, cada una de un color (RGB), constituidas por cristales líquidos que cuando se les aplica una corriente eléctrica, dejan pasar más o menos intensidad de luz para cada célula, consiguiendo así toda la gama de colores. El caso es que esta luz que traviesa las células proviene de LEDs blancos, por lo tanto las pantallas LCD se iluminan con tecnología LED.

Las pantallas LCD disponen de una mayor resolución y contraste que las pantallas LED, llegando a tener millones de píxeles en unas dimensiones reducidas, y son ideales cuando la distancia de visionado es corta, sin llegar a superar los 4m. Para distancias mayores es inútil disponer de tanta resolución y a su mismo tiempo se necesita una pantalla más grande. Para crear pantallas de grandes dimensiones LCD, por otro lado, es imprescindible unir pantallas más pequeñas formando un videowall, lo que implica ver las divisiones de la pantalla debido a los marcos de cada “subpantalla”, los cuales no se pueden evitar con las LCD ya que tienen una limitación tecnológica en cuanto a su tamaño de producción. Hay que indicar que este tipo de tecnología no es barata, y éste es otro factor a tener en cuenta en la instalación de pantallas de gran formato.

Las pantallas LED contienen en cada píxel tres LEDs (RGB), los cuales ajustando su brillo e intensidad de manera independiente se consigue poder obtener millones de colores para cada uno. Este tipo de tecnología avanza muy rápidamente y cada vez es mayor la versatilidad que encontramos en pantallas de este formato: desde pantallas flexibles hasta pantallas con cierto grado de transparencia, haciendo de esta solución una opción altamente personalizable.

En este tipo de pantallas se puede variar el Pixel Pitch (distancia entre píxeles) para adaptarlo a la distancia de visionado requerida, llegando a poder ver una pantalla nítida a 150m de distancia. Otra ventaja respecto a las LCD es su mayor brillo, y por lo tanto son consideradas como la mejor opción para aplicaciones de uso Outdoor.

A diferencia de las LCD, las dimensiones que pueden cubrir este tipo de pantallas pueden llegar a los centenares de metros cuadrados sin la necesidad de dividir y ver los límites como sucede con su competidora, ya que están constituidas por secciones modulares que pueden ensamblarse perfectamente entre ellas.

Sin duda elegir entre una opción u otra puede ser complicado, pero esperamos con esta entrada haberos ayudado un poco a comprender mejor estas tecnologías.